viernes, 28 de octubre de 2011

Los muertos de Boca y sus "pecados"

Lizbeth vivía en Veracruz y trabajaba para una empresa de modelos y edecanes, radicada en Perú. Su página de Facebook arrojó la sospecha de que mantenía una relación con Ángel Mora Caberta, también conocido como “El Comandante Diablo”, jefe de sicarios del crimen organizado.

Los datos en la web sustentan los señalamientos. En su página personal aparecen comentarios de sus amigos que le advertían que se saliera de eso y otros en los que “ella misma se arrepentía” de estar ahí.

Lizbeth es una de las 35 personas que fueron asesinadas y arrojadas en un paso a desnivel de Boca del Río el 20 de septiembre pasado.

En las investigaciones judiciales, también es una de las 23 víctimas que no tenían antecedentes penales pero por diversas circunstancias podrían tener alguna relación con criminales. Algunos de los casos son por accidente o incluso por parentesco. Es decir, no se puede asegurar que hayan sido delincuentes y mucho menos que hayan pertenecido a algún cártel del narcotráfico, como lo presumieron las autoridades de Veracruz inmediatamente después de ocurridos los hechos.

Diana, otra de las fallecidas, de 16 años, tuvo la mala fortuna de subir a su Facebook una fotografía en la que posa en una Hummer. La red de vínculos elaborada por las autoridades ministeriales de Veracruz, y que hoy está en manos de la PGR, sospecha que la muchacha era novia de un “halcón” (como les llaman a los informantes del narcotráfico) presunto integrante de “Los Zetas”, pero no se especifica en qué basan su presunción.

Parte de los señalamientos de la menor de edad con criminales se basan también en dos relaciones de parentesco: la de su papá, Isaías, procesado y sentenciado en Coahuila, y de su madre, Aída, de 39 años de edad, quien también murió ejecutada en Boca del Río.

La red de vínculos enlista los nombres de 30 de los 35 muertos, que hasta hoy son los identificados, e ilustra a partir de fotografías y flechas de colores la relación que podrían tener con 30 delincuentes que forman parte del crimen organizados. Entre ellos aparecen, como la parte alta de la pirámide criminal, que se supone correspondería a “Los Zetas”, los nombres de Aquiles Amaranto Cruz Hurtado, jefe de plaza de la organización en Veracruz y a quien apodan “El Comadante Chilaquil”, así como su hermano Ulises Fernando, alias “Ula Ula”, considerado como jefe de “estacas”; es decir, de los escoltas de los mandos.

Nexos y “malos pasos”

Los cruces de datos que aparecen en el documento detallan que siete de los 30 identificados tenían antecedentes penales. Del resto, son los mensajes aparecidos por las redes sociales, los parentescos y otros factores como detenciones –o sospechas de las mismas- por delitos menores o faltas administrativas, las bases de las suposiciones para acusarlos.

De esta manera, de Gabriel, otro de los muertos, se rastreó que fue detenido como posible responsable de la desaparición del administrador aduanal Francisco Serrano Aramoni, aunque no estuvo sujeto a proceso penal, y que era hermano de “El Comandante Chilaquil” y “El Ula Ula”.

De otros más hay sospechas con poco fundamento. Karen, por ejemplo, tuvo señalamientos por un homicidio que no prosperaron; de Gerado, otro menor de edad, no se aclara su relación con los delincuentes aunque se cree que era informante; de Fernando, que tenía sólo 14 años, se dice que era “halcón” pero no se explica por qué ni existe una causa penal en su contra, o de Pedro, solamente que “participó en enfrentamientos violentos”.

Iván, un sexoservidor identificado también como “La Brigitte”, se dice que también era informante del narcotráfico solamente porque cerca de su domicilio fueron asesinados tres supuestos “halcones” el 26 de agosto pasado.

De Juan Martín se cree que era narcomenudista y que reclutaba jóvenes para los criminales. Sin embargo, su único acercamiento real con un proceso penal es la vinculación que tuvo con un ex elemento de la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río (PIVB) procesado por portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército.

viernes, 14 de octubre de 2011

FBI en los Panamericanos *

Militares de la XV Zona Militar escoltarán la antorcha (Ntx).
Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) infiltrados y elementos de inteligencia especializados en tareas contra el terrorismo, que están adscritos a la Policía Federal, formarán parte de la seguridad en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.

Fuentes del gobierno federal consultadas señalaron que pese a que no existen amenazas para evitar la realización de la justa deportiva, también habrá aviones no tripulados y helicópteros Black Hawk. Sobre la participación de los agentes estadounidenses, los informantes aseguraron que “ellos pidieron participar para estar presentes ante alguna eventual amenaza terrorista, y tener vigilancia dirigida hacia diferentes delegaciones para poder prevenir cualquier amenaza”.

Respecto a los policías mexicanos, serán alrededor de 11 mil agentes operativos, entre federales y del gobierno estatal de Jalisco, así como militares que trasladarán la antorcha por las diferentes sedes, los que conformarán las acciones de seguridad.

De ese total, 5 mil corresponden a los grupos especiales de la Policía Federal.

“El grupo que participa de la Policía Federal, está entrenado ante cualquier amenaza de ataques bioterriostas y biológicos y de explosivos”, señalaron las fuentes.

No obstante, precisaron que el entrenamiento, que es común, “es parte de la prevención como parte de la preparación de este tipo de eventos”, pero no se cuenta con información que confirme que estas amenazas puedan llevarse a cabo.

De esta corporación, además de los especializados en acciones contra terrorismo, habrá integrantes del cuerpo de Reacción y Alerta Inmediata, del Grupo Especial de Operaciones, así como de la Unidad de Rescate y Auxilio Social.

Además de las aeronaves, se contará con carros radiopatrulla blindados, motocicletas y ambulancias.

De acuerdo con un reporte de la Policía Federal, con estos equipos se tendrán “ventajas operativas con las más altas tecnologías, amplio rendimiento en las condiciones extremas, controles de automatización y sistema infrarrojo de búsqueda avanzada” para atender a deportistas y público asistente.

Asimismo, intervienen para la recopilación de denuncias penales por posibles conductas delictivas, ministerios públicos de la Procuraduría General de la República (PGR) y del fuero común.

Se trata de una operación “cerrada”, señalaron los informantes, y aunque el mando lo tiene la Policía Federal, perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno federal, las acciones se trabajan en coordinación con el área de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, que será quien será la parte visible.

Militares de la XV Zona Militar, en tanto, prestarán su apoyo para servir como escoltas de los deportistas que portarán el “Fuego Panamericano”.

(* Texto de María Idalia Gómez y Alfredo Joyner publicado el 14 de octubre en el diario 24 horas)