¿Y dónde quedaron los violentos? |
Por ejemplo, la reventa a gran escala estuvo presente, la renta ilegal de espacios para estacionar vehículos de los asistentes -hasta 250 pesos cobraban franeleros y vecinos del Estadio Azteca- fue una de las novedades, y la PGR dio a conocer que incautó 5 mil 296 artículos "pirata" alusivos al grupo irlandés tan sólo en el segundo de los conciertos.
Por qué no admitirlo, en el interior del gran foro también fue común ver a chavos que lograron "colar" un cigarrito de marihuana o los que, despistados, no se percataron que podían ser detenidos si eran sorprendidos con aparatitos de rayos láser apuntando hacia el escenario.
Sin embargo, los tres magnos eventos, celebrados el miércoles, sábado y domingo pasados, fueron impecables si hablamos de balances en temas de desórdenes, desmanes y violencia. Y estamos hablando de que en todos ellos, de manera global, se reunieron poco más de 500 mil personas, cantidad preocupante si se tiene el antecedente de que el pueblo mexicano es bravo y actualmente reporta índices delictivos históricamente altos, sobre todo si se habla de homicidios con determinadas características.
No. Los asistentes, de varios rangos de edades, hombres y mujeres, en familia, entre amigos, en pareja o de manera solitaria, se portaron muy bien en términos generales. No trascendieron pleitos, golpes, lesionados por algún acto vandálico o hechos que escandalizaran a la opinión pública por un mal comportamiento del público.
Efectivamente hubo fuertes y bien organizados operativos policiacos y de vialidad; sin embargo, no mucho más grandes ni mejor planeados que los vistos en otros eventos masivos. Pero al observar el inicio, desarrollo y final de los conciertos, la civilidad de los mexicanos, muchos del interior de la República por supuesto, fue ejemplar.
Al tono, por cierto, del mensaje político de Bono que tenía que ir muy ad hoc al país visitado. Éste hablaba de que la gente de México es buena y hasta víctima de algunas circunstancias. Criticó el cantante que Estados Unidos hablara de las drogas que se trafican en nuestro país pero que los gringos no se acordaran de que las armas que entran del norte a territorio mexicano, que se comercian a través de unos 9 mil puntos autorizados, sirven para que nos estemos matando.
Y posiblemente sí, las imágenes de fosas clandestinas, pueblos que viven con miedo, reporteros que ya no pueden hablar, venganzas entre delincuentes y garrafales errores del Ejército en sus operativos en los que de pronto no saben a quién matan, están todos los mexicanos que quieren respetar la ley y claman por vivir en paz. Habrá que destacar, en algún espacio, que ahí están ellos también.
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