Morales, todavía titular de la SIEDO, con quien fuera su jefe, el exiliado Eduardo Medina Mora |
Ya no son los mandos de la Secretaría de Marina, que aunque sigue dando importantes "golpes" en contra del narcotráfico, hoy no es su momento. Ya saldrán otra vez a escena.
Por supuesto que tampoco es el general Guillermo Galván. Y cómo habría de serlo, si nunca lo fue.
Incluso ya ni siquiera es el gris Alejandro Poiré, quien hoy hasta tuvo el papel de "chalanear" con pequeños datos al calce en la conferencia de prensa que encabezó quien hoy sí es la consentida del gabinete de seguridad del presidente Felipe Calderón: la flamante procuradora Marisela Morales Ibáñez.
Bien maquillada y haciendo gala de su nariz respingada (dicen que cirujeada, aunque a nadie nos consta), la titular de la Procuraduría General de la República (PGR) se encargó de dar a conocer la nueva información "dura" del caso de las fosas clandestinas en San Fernando, Tamaulipas.
Dijo que ya suman 183 los muertos y 40 las fosas, que son 74 las personas vinculadas en esos crímenes, entre ellas 17 policías municipales. También informó que entre los detenidos está la única mujer sospechosa en este asunto, Saraí Díaz Arroyo, alias "La Muñeca". Es decir, los datos nuevos e importantes de las investigaciones ya no son dados a conocer por el vocero de la PGR, Ricardo Nájera, sino por la mismísima procuradora, a diferencia de como ocurrió en las administraciones de los escondidos y callados (a fuerza) Eduardo Medina Mora y Arturo Chávez Chávez.
Y eso que Morales no ha sido capaz de hilar una frase completita sin leer ante los medios de comunicación y que no se le conoce mayor gracia que haber sido reconocida como mujer del año por el gobierno de Estados Unidos. Porque recordemos que en su contra está la articulación del fallido "michoacanazo" y haber sido nombrada, por accidente, sucesora de un fiscal antidrogas que terminó en la cárcel.
Hay dos razones por las que dicen que hoy es el juguete nuevo y vistoso del gabinete, por lo que saldrá muy seguido a la escena y reivindicará a la PGR como la fiscalía federal que debe predominar en la estructura de seguridad y justicia del gobierno federal.
La primera, que a diferencia de sus dos antecesores, ella sí aceptó y está dispuesta a trabajar penalmente, aunque públicamente lo niegue, contra los adversarios políticos de Calderón (y su partido, claro), a unos meses de los tiempos electorales de 2012 y pese a la fracasada operación contra funcionarios locales de Michoacán a quienes no logró vincular con el narcotráfico.
La segunda, que como importantes miembros del gobierno estadounidense y algunos personajes clave cercanos a la Presidencia de la República, Marisela Morales es cristiana. Si se fortalece esta segunda razón, habrá que ubicar y darle seguimiento a este nuevo grupo que posiblemente tome fuerza a partir de los próximos meses.
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