lunes, 18 de abril de 2011

Un Metrobús de cuidado

La Línea 3 registró 14 accidentes a un mes de inaugurada
Es verdad, las bondades del Metrobús son numerosas: se trata de un  medio de transporte masivo, rápido, que beneficia a quienes no usan vehículo, moderno, impulsor de múltiples mejoras en la imagen del entorno urbano; en fin, una gran opción de movilidad en rutas clave de la ciudad.

Sin embargo, también debemos ser críticos e insistir en las fallas, errores de planeación e inconvenientes que ya se habían denunciado desde que se inauguró la Línea 1 en la administración de Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno del DF.

A la sobresaturación en determinadas horas y estaciones, la calamidad que representa para los automovilistas que deben circular sin señalizaciones especiales y los múltiples choques entre estas unidades de transporte público y particulares, hay que agregar que el propio peatón sufre importantes riesgos, refiriéndonos al que no necesariamente toma estos camiones sino que debe circular por la calle.

El domingo lo corroboramos tras el accidente en Tacubaya, en el que la unidad del Metrobús con número económico 308 de la Línea 2, chocó con un autobús y provocó el atropellamiento de varias personas, tres de las cuales han muerto hasta este momento.

De entrada, es muy raro que a lo largo de la puesta en marcha de este transporte no se hayan reportado otros accidentes más que los choques en los que, según la versión oficial del Gobierno del Distrito Federal, los automovilistas son los imprudentes al invadir carriles confinados o desobedecer las señales (aunque habrá que preguntarnos cuáles señales).

Luego, también es muy extraño que en cruces de avenida Cuauhtémoc, Xola o incluso en algunas entradas de las estaciones de la ruta de Insurgentes, no se hayan ventilado datos sobre personas "llevadas de corbata" por el Metrobús. Gente cercana a muchos de nosotros ha padecido al cruzar alguna avenida, pese a la presencia de semáfornos, donde pasan estos vehículos articulados.

En la estación Viaducto de la Línea 2, por ejemplo, las unidades suelen pasarse el alto en el cruce de Viaducto con Chilpancingo. Muchas personas han tenido que correr para literalmente salvar sus vidas porque los camiones circulan con gran velocidad.

Más raro, en el reciente accidente del domingo, es que pese a que la primera versión hablaba de que la unidad que provocó la muerte de las tres mujeres se había quedado sin frenos, las autoridades capitalinas la corrigieron y mantienen como presunto responsable del hecho al conductor del Metrobús, en calidad de detenido.

Se debe insistir, tras estas dudas, en corregir la falta de señalización, informar mejor a los automovilistas y peatones y hoy, más que nunca, revisar las condiciones en las que se encuentran las unidades. Principalmente porque si ya requieren mantenimiento, es fundamental que ésto no sea lo que provoque que haya más capitalinos muertos.  

Estamos hablando, hoy, de un medio de transporte que por lo menos ya puede considerarse un ejemplo de seguridad en cuestiones delictivas. Tendrá que ser también un ejemplo de seguridad en toda la infraestructura que representa.

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