Ah, qué jefe tan indeciso... (Foto: El Economista) |
Qué penoso es cuando un funcionario público, sin más ni más, llama a algún medio de comunicación para que no se difunda una declaración que hizo pública y peor todavía, cuando solicita que se modifiquen las palabras que ya dijo y que se presente al público una nota diferente a la difundida.
En este espacio hablamos de que hay funcionarios federales y sus colaboradores que ya lo han hecho. El colmo es que también los servidores públicos locales, en este caso del DF, y pertenecientes a otro partido aparentemente con mayor apertura (¿o no es así?), utilicen esos mismos recursos para ocultar lo que el alto funcionario dijo, posiblemente sin pensarlo, ante los representantes de la prensa.
El tema cobra vital importancia sobre todo días después que se firmó un acuerdo para la cobertura de temas de violencia, en el que debieron quedar claras las responsabilidades de los medios en la difusión de las noticias, pero donde también es importante que los servidores públicos sean responsables del mensaje que dan y lo sostengan frente a la opinión pública.
Ayer, después de un simulacro ante un probable sismo de 8.0 grados en la Ciudad de México, el secretario de Seguridad Pública del DF, Manuel Mondragón y Kalb, convocó a conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de esta operación. Un reportero preguntó al funcionario capitalino que en una escala del cero al 10, cuál sería la calificación que él le daría a sus policías durante el simulacro.
El jefe policiado, después de asegurar frente a los micrófonos que se trataba de una "buena pregunta", respondió:
"Yo creo que es un ejercicio que nos llevó a un 7.5; es decir, soy muy exigente, cualquiera podría decir que es 9 y medio. No, todavía hay detalles que quiero ver pero sin duda ya es un ejercicio que si algo pasara hoy, ya estamos listos", expresó Mondragón, de manera crítica.
La respuesta ni era la cosa del otro mundo ni ponía en riesgo la seguridad nacional. Simplemente dejó en claro que Mondragón no consideraba que los policías en el simulacro merecieran mejor calificación, la cual ni siquera fue reprobatoria.
Sin embargo, luego al jefe policiaco, a sus colaboradores, a sus jefes o quién sabe a ciencia cierta a quién, no les gustó lo declarado.
Funcionarios del área de comunicación social se encargaron de hacer llamadas telefónicas para que, por lo menos, los medios con espacios en Internet, modificaran la nota. Dos de ellos, y eso es todavía más penoso, accedieron.
Los voceros argumentaban en las redacciones que la declaración de Mondragón se había realizado "off de record" lo cual es falso, pues correspondía a la primera respuesta que el funcionario dio a los reporteros en la rueda de prensa.
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