Días antes de que Juan Antonio Guajardo fuera ejecutado afuera de su cafetería, en la localidad de Río Bravo, el político se había arriesgado a circular en un vehículo del Ejército Mexicano informando a través de un altavoz que terminaría con el narco en este lugar.
Entonces era candidato a la presidencia municipal por el PT y parte de su campaña era convencer de que los pobladores ya no tendrían que pagar "derechos de piso" por trabajar, si eran comerciantes, o entregar sin más sus vehículos a la delincuencia organizada, si eran ciudadanos comunes y corrientes.
En ese tiempo, a finales de 2007, la plaza de Tamaulipas era peleada por el cártel del Golfo y cualquiera otro. Los primeros tenían el poder, el dinero y las poblaciones completas compradas. Es decir, ya habían sustituido desde tiempo atrás las funciones de un Estado que mantenía a los habitantes casi muertos de hambre.
Guajardo, muy querido entre la gente de Río Bravo, entre otras cosas porque tenía un minisúper donde vendía muy barato, fiaba y daba cualquier facilidad de pago a los pobres, fue sorprendido por la mañana cuando salía de su cafetería "La Rocola" acompañado por cinco personas, entre ellas su hermano Juan de Dios y dos agentes de la ex AFI. A todos los rociaron de bala y quedaron inertes en el pavimento.
Culparon a los adversarios políticos que entonces se sabía que eran de un cártel; es decir, a todas voces se sabía que la lucha por los escaños de gobierno eran entre representantes de partidos que al mismo tiempo alzaban una bandera del narcotráfico. Así era Tamaulipas.
Hoy no hay diferencia. El crimen del priísta Rodolfo Torre Cantú, a finales de junio pasado y a unos días de realizarse las elecciones para gobernador, guarda tintes similares: en un municipio tamaulipeco, mucho plomo a él y a sus acompañantes, cerca de un proceso electoral y en medio de la interminable lucha de cárteles de la droga. Dicen que la única diferencia es que hoy esa pelea es de "zetas" (pistoleros del cártel del Golfo) contra "zetas", quienes siguen dominando el terreno pero ya se dividieron.
Las investigaciones judiciales irán arrojando estos resultados y quienes visitemos los principales municipios del estado nos percataremos del mismo clima de miedo y de inseguridad que se vivía hace dos años y medio, cuando mataron al petista Guajardo.
Lo que se vive hoy en Tamaulipas es similar a otras entidades donde ya el narcotráfico proporciona empleos, buenos sueldos, construye escuelas y puentes y hasta regala juguetes a los niños. Esperemos en el corto plazo ya no corregir a fondo esta situación, sino que por lo menos deje de extenderse a todo el territorio nacional.
Sinaloa, Michoacán y la Comarca Lagunera ya empiezan a vivirlo. En el Estado de México parece iniciar esta situación.
- El papel de Blake
Es para pensarse la forma como empieza a moverse el nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake. ¿Por qué a unos días de asumir su nuevo cargo respalda una golpe de la PGR -que parece estar resucitando- con la nota de los reos del penal de Gómez Palacio que salían a matar con permiso oficial?, ¿a qué grupos de la droga se empezará a afectar desde el gobierno?, ¿de dónde viene Blake? Dejemos estas preguntas para la reflexión.
Interesante post.
ResponderEliminarPero yo me pregunto a modo de reflexión: ¿qué se puede hacer? Todo mundo habla de lo que pasó y sigue pasando, pero a nadie se le ha ocurrido una solución que funcione.
Yo creo que eso se debe a que este problema ya es un círculo vicioso. Por un lado la gente de Tamaulipas quiere una calidad de vida que el gobierno no les da. Pero por el otro dejarse al narco mejora en algo sus condiciones, a cambio de su tranquilidad.
En estos últimos dos meses he contado 80 muertos en este Estado, y sólo son de los que salen en los medios. Seguramente hay más. Al gobierno no le interesa el bienestar de la población. Al narco yo pienso que tampoco, solo quieren mantenerlos tranquilos para que ellos puedan seguir operando y peléandose a gusto. Claro que habrá sus excepciones, pero estas suelen terminar balaceadas.
Entonces, ¿qué pueden hacer los ciudadanos que no tienen el apoyo de sus autoridades?, ¿que temen por sus vidas? Se van a la pasividad. Y ahí es donde está este país desde hace mucho tiempo. Tú mismo dijiste que no se puede esperar corregir este problema a corto plazo. ¿Cómo le explicarías eso a la gente de Tamaulipas? Es una muy triste situación.
P.D. Tercer párrafo, segundo renglón, sobró una "a": "peleada por el cártel del Golfo y cualquiera otro" ;)