lunes, 24 de enero de 2011

El "kalimbazo", ejemplo de justicia expedita

Kalimba conocerá su situación jurídica hasta el jueves próximo.
Si con la rapidez con la que aprehendieron al cantante Kalimba actuaran las autoridades contra narcotraficantes (ojo, "El Chapo" Guzmán lleva 10 años libre), secuestradores o delincuentes que son los responsables de generar la violencia que hoy vive nuestro país, seguramente la ciudadanía estaría más tranquila y satisfecha con los resultados en materia de seguridad y justicia.

Al ex intérprete del grupo juvenil OV7 lo detuvieron inmediatamente después de que se conoció su orden de captura emitida por un juez de Quintana Roo. Pero además, dice la PGR, ya estaba previamente "fichado " por Interpol para que no pudiera esconderse en ningún otro país del mundo.

Kalima fue atrapado el jueves en Texas y enseguida agentes federales ya lo llevaban a Ciudad Juárez para que el viernes, en la madrugada, ya estuviera a disposición del juez que lo buscaba en Chetumal. Demasiada rapidez, ¿no? Esto es a lo que llamamos justicia expedita.

Si la situación jurídica del cantante se resolverá hasta el jueves, además, no es porque las autoridades judiciales actúen con lentitud, sino porque la defensa del acusado pidió ampliar el término constitucional a 144 horas para que se le notifique al señalado, ante la rejilla de prácticas, si se le dicta el auto de formal prisión o la libertad.

Es increíble pero cierto. La labor de coordinación entre distintas autoridades y el nivel de respuesta fueron sensacionales. Ya la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal había realizado una amplia búsqueda de Kalimba, sin éxito, en la capital mexicana, pero en realidad "peinaron" a todo lo que dio las propiedades en las que el muchacho de 28 años de edad podría ocultarse.

Asimismo, cuentan los corresponsales de Ciudad Juárez, el personal de la Delegación de la PGR en esta localidad se mantuvo muy al pendiente de la llegada del cantante a territorio mexicano, independientemente de que la labor de esas autoridades federales en la ciudad fronteriza debería estar más bien enfocada a la violencia interminable que anoche se vio reflejada en la ejecución de cinco jóvenes que jugaban futbol en una cancha recientemente instalada para "regenerar el tejido social" en la zona.

La colaboración internacional tampoco falló. La Patrulla Fronteriza hizo lo suyo y sus voceros informaron que Kalimba declaró ante ellos por siete horas... ¡por la falta de una forma migratoria!

Lo triste, lo lamentable y lo que muestra la ingratitud de la población mexicana es que después del impecable trabajo de autoridades de todos los niveles de gobierno, es que grupos de jóvenes hoy ya estén organizando una tercera manifestación para protestar por la aprehensión de un presunto violador, la etiqueta que hoy tiene Kalima.

Ante esta respuesta ciudadana, sólo queda preguntarnos: ¿Quién entiende a este país?

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