Joaquín Guzmán Loera, intocable durante una década. |
Se cumplieron 10 años de la huida de Joaquín "El Chapo" Guzmán del penal de máxima seguridad de Puente Grande y el gobierno federal llegó sin ninguna novedad frente al caso ante la ciudadanía.
A todo el mundo se le olvidó que ya hay ex funcionarios purgando sentencias por este asunto, que durante varios años aparentemente hubo operativos frente al capo o que ya han caído parientes y socios del narcoempresario. Lo importante es que él sigue operando desde quién sabe dónde.
Frente a este dato tan contundente hoy el gobierno de Felipe Calderón no tiene absolutamente nada y nadie de sus muchachos ha salido a dar la cara para dar una explicación. Quizá como ha ocurrido en anteriores ocasiones, lo único que hizo fue intentar con un supuesto "gran gople" que la gente se olvidara de este asunto y se desviara la atención.
Así pareció ser, un día antes de cumplirse la década de libertad de "El Chapo", la presentación ante los medios de José Jorge Balderas Garza, "El JJ", aprehendido por la Policía Federal. A este hombre lo buscaba la procuraduría de justicia capitalina por presuntamente haber disparado el año pasado contra el futbolista Salvador Cabañas en un centro nocturno de Insurgentes Sur.
Para legitimar su trabajo, la corporación federal a cargo de Genaro García Luna dijo que "El JJ" también está vinculado con el narcotráfico y que se codea con importantísimos capos mexicanos, uno de ellos Édgar Valdez Villarreal, "La Barbie". Si el funcionario encargado de hacer la presentación no dijo que José Jorge era cómplice de "El Chapo", fue quizá para ni mover la memoria colectiva.
Hoy el tema, la línea y el gran asunto, según el gobierno, es que cayó este presunto agresor transformado en narco.
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