miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Ejército y sus malditos retenes

Esta semana la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dio a conocer públicamente que 16 mil 677 de sus elementos, principalmente jefes y oficiales, recibieron en lo que va del año múltiples cursos de capacitación en derechos humanos, en estrecha coordinación con la CNDH.

La capacitación se dio en 21 entidades del país donde se encuentran adscritos estos militares, y consistió en 55 conferencias, 57 cursos, tres diplomados y cinco seminarios. Los temas fueron atención a víctimas del delito y abuso de poder, los derechos humanos en México, principios básicos sobre el uso de armas de fuego y del empleo de la fuerza, así como prevención de la tortura. 

Los cursos, por si fuera poco, también incluyeron el tema de los derechos de los periodistas y la libertad de expresión.

Tabasco, 14 de noviembre.
Sin embargo, la Sedena -que por cierto fue premiada con un importante incremento a su presupuesto para el año entrante- y la Secretaría de Marina, es decir, los honorabilísimos Ejército y Fuerzas Armadas, siguen con los mismos vicios. Su personal de tropa continúa sacrificando a civiles sin que haya evidencias previas de que pertenezcan a delincuencia, y bajo el argumento de que los elmentos simplemente repelen agresiones.

El último abuso, para no variar, ocurrió en un retén. Esta vez en la comunidad de Jalpa de Méndez, en Tabasco, estado en en que los soldados, hay que destacar, no han sido capacitados en materia de derechos humanos. Esta agresión ocurrió en una base de operaciones mixta encabezada por integrantes de la 30 Zona Militar pero en la que supuestamente realizaron la agresión elementos de la Marina.

Víctor Manuel Chan, comerciante de ropa, y Ramón Pérez Román, trabajador petrolero, regresaban de una fiesta cuando se negaron a detenerse en este punto de revisión y fueron abatidos a tiros por los militares.

La comunidad, enfurecida, arremetió contra los uniformados a pedradas y palazos y posteriormente efectuó una serie de protestas con cartulinas donde cuestionan seriamente los operativos encabezados por el gobierno federal para combatir la delincuencia organizada.

A través de un comunicado de prensa emitido el 15 de noviembre pasado, la Sedena tuvo que reconocer que quienes murieron son "dos civiles" y no "dos presuntos delincuentes" como ya acostumbra etiquetar a quienes vence en los tiroteos que ocurren prácticamente cada semana en territorio nacional.

También se vio obligada la dependencia a admitir que "las autoridades correspondientes se encuentran realizando las diligencias necesarias con el fin de deslindar responsabilidades del personal que integra el referido grupo mixto".

Por supuesto que en algunas comunidades fuertemente vigiladas por militares, para la población es una verdadera maldición toparse con un retén de este tipo.

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