viernes, 13 de agosto de 2010

Declaracionitis por la seguridad II

Y el desfile de gobernadores estatales en los Diálogos por la Seguridad continuó ayer bajo la misma tónica. El mandatario en turno tomó el micrófono, habló del tema y lo cedió al siguiente.

No se trató de dar propuestas y de proporcionar algún elemento para estructurar planes, programas, operativos, acciones, o algo, lo que fuera. Tampoco contaron experiencias exitosas, que hubiera sido interesante.

Sí en cambio, en sus discursos reflejaron parte de su personalidad. Y esta es la segunda parte de las inolvidables frases de los gobernantes durante la jornada de ayer en el Campo Marte, frente al presidente Felipe Calderón y su gabinete de seguridad:

El subalterno: "En el Estado de México hacemos nuestra lucha que usted, señor Presidente (así con mayúscula), ha emprendido contra el crimen", Enrique Peña Nieto, del Estado de México.

El cinicote: "(Mi policía) siempre llega 20 minutos después de que sucedió un hecho violento", Ney González, de Nayarit.

El que no tiene llenadera: "Pido constituir fondos para el fomento de la cultura de la legalidad y combate al crimen", Fernando Ortega, de Campeche.

El insatisfecho: "Ya basta de presupuestos con color de partido que deja medios hospitales y medias carreteras hechas", Zeferino Torreblanca, de Guerrero.

El pre-cio-sí-si-mo: "Esto se ha logrado con su apoyo. Gracias, señor Presidente (otra vez con mayúscula)", Mario Marín, de Puebla.

La gandalla: "Aun cuando se han tomado medidas importantes, se requiere ir más allá para cortarle todo tipo de recursos y también de armamento a la delincuencia organizada, enfrentar esto tomando medidas más enérgicas en el lavado de dinero, como parte de un sistema económico criminal", Amalia García, de Zacatecas.

El acorralado: "Quedamos emplazados a cumplirle a la Nación; no hay más, no hay menos", Fidel Herrera, de Veracruz, a nombre de los gobernadores.

Después de todas estas jornadas de diálogos, suponemos que ahora el presidente Calderón y su equipo de policías y militares tendrá la tarea de estructurar todo eso que se dijo para armar una estrategia eficaz contra el crimen y la violencia.

Esperemos verla, entonces.

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