Es muy importante el paso dado por los periodistas mexicanos de tomar las calles para exigir, a través de pancartas, un alto a las agresiones al trabajo de estos profesionales.
Igualmente importante es que haya llegado un documento con una serie de peticiones a la Secretaría de Gobernación y que se exija investigar a fondo estos asuntos.
Más importante es que junto con los conocidísimos líderes de opinión hayan marchado los reporteros que viven, huelen, sudan y padecen de mil maneras el peligro. Es la voz de ellos la que al final del camino importa, pese a que todos sabemos que hay decenas de compañeros que no decidieron participar en la manifestación per el lógico temor a represalias.
Los discursos de varios comunicadores que estamos acostumbrados a ver "a cuadro", de editorialistas y de renombrados personajes del trabajo periodístico, fueron un interesante aderezo para la crónica de lo que ocurrió el sábado.
El punto neurálgico, lo vital, lo impostergable, es dar el siguiente paso. Sobre todo cuando en medio de tantas voces siguen ocurriendo incongruencia, dejadez, indiferencia por parte de quienes deben generar las condiciones de trabajo y de seguridad para quienes van día a día al campo de batalla.
Les comparto la liga de un hecho vergonzoso difundido por el Programa de Libertad de Expresión del Centro de Periodismo y Ética Pública, apenas hace tres meses:
http:/libexmexico.wordpress.com/2010/06/24/amenazan-a-reportera-y-siete-dias-despues-la-empresa-la-despide/
¿Qué opinan?
(Foto: CNN)
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