lunes, 18 de octubre de 2010
¿Cómo exigir seguridad?
Harta de la violencia, de los delitos en las comunidades y de la falta de acción de autoridades policiacas y ministeriales, hoy la sociedad ya no sabe cómo mostrar su descontento y hacer oir su voz a las autoridades.
El colmo de la desesperación ocurrió la madrugada de este domingo, cuando un grupo de ciudadanos, de forma anónima, decidieron imitar a los narcotraficantes en los procedimientos para dar a conocer sus mensajes.
Al sur de la Ciudad de México, estas personas colocaron mantas en algunos puentes para exigir seguridad y pedir a su gobierno que actúe en lo que le corresponde. Buena idea copiada a los delincuentes, consideraron, pues todo el mundo replicaría incluso por los medios de comunicación el sentir de la gente.
Los ciudadanos se cobijaron en la oscuridad de la noche y simplemente desaparecieron dejando constancia de su inquietud en lugares públicos, para que al día siguiente la policía no supiera informar quién había colocado los mensajes.
Hoy Marcelo Ebrard, el jefe de gobierno de la ciudad, tuvo que responder a dicha preocupación y aeguró que está tomando nota y atento a lo que siente su población. Por lo menos los inconformes, en un primer paso, provocaron una reacción que esperemos por el bien de todos no se trate simplemente de un mero discurso.
Si bien los habitantes de este país y de cada una de sus comunidades debemos coadyuvar en el tema de seguridad con nuestras autoridades, son ellas quienes deben garantizarnos al final un clima adecuado para poder circular por la calle o permanecer en nuestras casas con tranquilidad.
El asunto de las mantas es un reflejo de que las cosas no están bien. Y no es solamente la única de las medidas emergentes que toman los ciudadanos. En Ciudad Juárez, por ejemplo, los vecinos se informan entre ellos, a través de mensajes de texto por el celular, por cuál zona acaba de ocurrir una balacera para que eviten circular. En Chihuahua capital decidieron ordenar a sus hijos menores de edad no permanecer en la calle después de las 10 de la noche. En comunidades de Tamaulipas y Nuevo León se manifiestan en lugares públicos.
En pequeñas localidades lejanas a la civilicación, incluso en delegaciones apartadas del Distrito Federal, la población ha decidido tomar la justicia por su propia mano y linchar a los delincuentes.
Estas señales, ya de por sí indicaban las terribles fallas del aparato de seguridad y de justicia.
Lo que debemos reflexionar ahora es en qué momento la poca contención de delitos, el incremento de la violencia y la inseguridad generalizada en decenas o centenares de poblaciones, podrán desbordarse hasta provocar reacciones ciudadanas que no sabemos qué tintes vayan a tomar.
Ya de por sí, muchas de ellas, son motivo de gran preocupación.
(Foto: Linchados en San Juan Ixtayopan, Tláhuac. Jorge Carballo, El Universal)
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