jueves, 21 de octubre de 2010

Jóvenes rehabilitados por el teatro *



Por Arturo Ángel Mendieta


Diez jóvenes delincuentes, considerados hasta hace unos días de alta peligrosidad, sentenciados por homicidios y secuestros, se encuentran hoy en rehabilitación, mostrando un comportamiento ejemplar y una transformación no vista antes en el sistema penitenciario capitalino.

No fue mediante castigos, trabajos forzados, aislamientos ni sentencias prolongadas como se inició el cambio; fue la preparación, ensayo y ejecución de una obra de teatro escrita y dirigida por profesionales, lo que entusiasmó y comprometió a estos jóvenes a convertirse en actores.

“Se ha roto un paradigma, ese que indicaba que la violencia sólo es posible combatirla con la fuerza, y aquí no lo hemos hecho así, aquí hemos derrotado esa violencia con una revolución cultural”, afirma al abogado penalista Carlos Requena, uno de los impulsores del proyecto.

“De la Forma que Tiene El Mundo” es el título de la obra, actuada por diez internos de la Comunidad Especializada “Alfonso Quiroz Cuarón”, y en la que se recuerda el viaje que hace cinco siglos inició Cristóbal Colón, con una tripulación de reclusos, hacia “El Nuevo Mundo".

El chileno Ernesto Anaya, dramaturgo y director de la obra, resalta que no se trataba de crear una simple escenificación, como las múltiples pastorelas que se realizan en las cárceles, o un “show” en el que se recreen personajes que nada tienen que ver con al realidad que enfrentan los reos.

Fueron dos los principios y objetivos fundamentales que el director se planteó desde un inicio: que se tratara de una obra donde los internos se atrevieran a hablar de si mismos, y que se demostrara que es posible combatir y derrotar la violencia con cultura.

A casi doce meses de trabajo y la presentación ya de tres funciones, Ernesto Anaya considera que han logrado cumplirse estas metas y se ha iniciado un proceso de reflexión que permitirá regresar a personas consideradas como “violentas” a un “mundo pacífico”.

“Estamos hablando aquí de un fenómeno cultural con una obra donde los presos, los actores, realmente logran identificarse con los reos que tripulaban las carabelas de Colón hace medio siglo, y viene un corte del pasado a una problemática del presente, y así surge la reflexión”, señaló.

El dramaturgo revela qué tan importante es el guión y la representación escénica, como todo el proceso previo y el trabajo de convencimiento, que reconoce, no estuvo libre de severas dificultades

“Era como trabajar con rocas en un inicio”, señala al recordar la cerrazón y el poco interés que mostraban los jóvenes de involucrarse en una obra, situación que gradualmente fue cambiando al punto en que los internos se convirtieron en los principales entusiastas.

“Que fue lo que hice, pues acercarme a ellos, pero no con interrogatorios ni con falsas promesas, sino solo platicando, sobre que les gustaba o que pensaban, con un diálogo honesto, sin tomar en cuenta que me enfrentaba a homicidas o secuestradores”, recordó Anaya.

De esta forma, resalta el dramaturgo chileno, es como no solo se lograron sortear las dificultades, sino que al final, se logró convertir a esos diez jóvenes procesados por delitos graves, en personas sensibles, en “verdaderos artistas”.

Para el abogado Carlos Requena, en la Comunidad Especializada “Alfonso Quiroz Cuarón”, no solo se ha sembrado una semilla, sino se ha iniciado una “revolución cultural” desde el interior del sistema penitenciario a la que deberá darse continuidad.

“Tenemos a diez jóvenes, acusados de los peores delitos, pero que al involucrarse y culminar con este proyecto, han mostrado valores fundamentales como la disciplina, el compromiso, la valentía y la autenticidad, todos ellos claves en el proceso de reinserción social”, indicó.

El especialista en derecho penal y estudioso de la reforma constitucional en la materia, advierte que este esfuerzo debe analizarse, criticarse, replicarse y mejorarse, pues es la piedra angular del trabajo penitenciario que atañe a gobiernos federal, estatal y municipal.

Recordó que el artículo segundo de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, publicada en enero del 2009, establece la obligación del Estado, de promover acciones para fomentar valores culturales y cívicos, como herramienta para prevenir el delito.

“Ahora, con esta obra, tenemos ya un ejemplo de cómo esta idea que parece abstracta puede llevarse a cabo, lo que se necesita es voluntad política de todos los niveles para hacerlo y esperamos que así se haga, porque la rehabilitación es posible y derrotar a la violencia también”, concluyó.

La Comunidad Especializada “Alfonso Quiroz Cuarón”, es un centro de alta seguridad, bajo administración del Sistema Penitenciario del Gobierno capitalino, y que da albergue a los adolescentes infractores considerados de mayor peligrosidad.

La obra “De la Forma que Tiene El Mundo”, es escenificada por diez de estos jóvenes, con la autorización de la Dirección Ejecutiva de Tratamiento para Menores (DETM) que encabeza Raquel Olvera.

Los recursos para la realización y promoción del evento, provienen de la iniciativa privada, a través de organismos como Fundación Telmex, Fundación CIE, Fundación BBVA Bancomer, Fundación Porvenir, Renace, Reintegra, entre otros.

* Texto publicado por Notimex el 15 de octubre de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario