miércoles, 6 de octubre de 2010

La nueva Chihuahua


La extrema violencia que se vive en Ciudad Juárez generada por la delincuencia organizada prácticamente se ha extendido por todo el territorio del estado de Chihuahua, y principalmente ha afectado a la ciudad capital.

Una sociedad pujante, acostumbrada a la tranquilidad, a la vida decente y a los pocos sobresaltos se ha tenido que ir acostumbrando a cambiar hábitos sobre cómo cuidarse en la calle, a qué hora abandonar la casa, cómo comunicarse entre persona y persona de los peligros y qué lugares evitar.

Los testimonios de los chihuahuenses de hoy no son los mismos que hace uno o dos años; algunas de las nuevas conductas que han tenido que adoptar, proporcionadas por fuentes anónimas, por supuesto, aquí se transmiten para dar cuenta de lo que el crimen en la frontera ha provocado más hacia el sur por la lucha de espacios entre cárteles de la droga.

Caso 1. Los despachos responsables de edificar residencias de lujo llevan casi todo 2010 sin clientes, la gente ya no los está contratando.

Caso 2. El número de alumnos inscritos en las primarias ha disminuido ante las constantes balaceras. Los profesores son despedidos salvo que acepten otras responsabilidades en los mismos colegios con el mismo sueldo.

Caso 3. Los medianos y grandes restaurantes han optado por establecerse en lugares más pequeños y bajar sus precios dado lo alto de las cuotas que cobran integrantes del crimen organizado como “derecho de piso”.

Caso 4. Van tres restaurantes importantes –Chilis, uno de ellos- que ya cerraron algunos de sus establecimientos. Algunos de estos locales se han convertido en puntos de venta de drogas entre narcomenudistas, como la cocaína.

Caso 5. Los habitantes arman sus propios “toques de queda” y se ponen de acuerdo para ya no salir a la calle en las noches, principalmente en el caso de los hijos de familia, quienes deciden ya no salir a divertirse o a tomar cervezas.

Caso 6. El ambiente entre los ganaderos es difícil, pues se sienten más vulnerables luego de que varios colegas han sido víctimas de secuestros y balaceras.

Caso 7. Los ingenieros y arquitectos tienen que aceptar trabajos complicados en la sierra, cuando antes no lo hacían, ante la falta de clientes.

(Foto: El Economista)

No hay comentarios:

Publicar un comentario