jueves, 14 de octubre de 2010

¿Y la víctima?


La actuación de los medios informativos frente a un secuestro en curso es muy delicada, independientemente de que la víctima sea un personaje conocido por todos.

El panista Diego Fernández de Cevallos, en cautiverio desde hace más de 150 días, aún permanece en riesgo y sólo está en manos de sus presuntos plagiarios lo que vaya a ocurrir con él.

La familia, las autoridades, sus abogados y quienes están muy cerca del caso, podrán saber que ya se pagó un millonario rescate y que existe la promesa de dejarlo en libertad. Sin embargo, ¿nos corresponde como medios dar a conocer estos avances aún sabiendo que El Jefe Diego sigue secuestrado?

Sí, toca a los comunicadores informar, pero ¿hasta qué punto se puede poner en peligro a la víctima de un secuestro por algún dato que incomode a los plagiarios? Si se ventilan fechas de una posible liberación, por ejemplo, puede ser un dato también delicado, como muchos otros.

Es quizá este uno de los temas que deberían incluirse en un procedimiento de trabajo homogéneo en los asuntos de justicia y seguridad entre las distintas empresas periodísticas, algo así como la protección a los periodistas ante situaciones de riesgo, que implican largas discusiones y toma de decisiones que deben dirigirnos a realizar un trabajo más profesional y ético.

¿Merecía Diego, por ejemplo, ser exhibido ante el público a través de las últimas fotos publicadas durante su privación ilegal? ¿Estará bien que los delincuentes responsables sepan que los medios cuentan con información? ¿Será un acto de censura el omitir de plano el tema en las publicaciones?

Estas son las interrogantes que se deben poner en la mesa para sí, reportear, investigar y trabajar desde donde nos corresponde, pero también para salvaguardar la seguridad y lo más importante, la vida de una víctima.

(Foto: La Jornada)

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