jueves, 7 de octubre de 2010

La mala memoria (o leche) estadounidense


Los programas electrónicos gringos para detectar a compradores ilegales de armas no son nuevos y los grandes convenios firmados por México y Estados Unidos apenas el martes pasado para detener el flujo de armas adquiridas por los narcos a nuestro país ya eran un trabajo anunciado hace casi tres años.

Lo que ocurre es que como en aquella época lo denunció el gobierno mexicano, los estadounidenses no están haciendo absolutamente nada por frenar la venta de metralletas, pistolas y granadas en tianguis fronterizos.

Haciendo memoria, el 16 de enero de 2008 México y Estados Unidos arrancaron el Proyecto Gunrunner mediante el cual perseguirían a compradores de armas en aquel país que las introdujeran de manera ilegal a nuestro territorio, a través del sistema E-Trace, que hoy se presenta como una novedad y que es una base de datos a la que se pretendían incluir datos mexicanos y de Centroamérica para efectuar rastreos.

Esta fue entonces la primera respuesta importante a la continua denuncia de las autoridades mexicanas referentes a que Estados Unidos no había hecho su trabajo al impedir el paso de armamento hacia nuestro territorio.

La base de datos E-Trace no era de por sí nueva. En la Unión Americana se utilizaba ya a través de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas, quien lleva el control del primer comprador de un arma de fuego a través de un rastreo por computadora, así como el camino que sigue el producto.

De acuerdo con autoridades de EUA en México, esta tecnología ya fue instalada en los consulados estadunidenses de Monterrey, Hermosillo y Guadalajara. Para marzo de 2009 se preveía hacerlo en el resto de oficinas consulares. No hay seguimiento hasta ahora de ello.

El rastreo electrónico es capaz de detectar las armas utilizadas para cometer algunos crímenes en México y de ubicarlas desde su origen.

Además se trabajaba ya en desarrollar un sistema en español de la tecnología E-Trace para que las autoridades de nuestro país pudieran utilizarlo con facilidad. El martes en la Ciudad de México se anunció como lo último de lo último.

Ya el anterior titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, reconocía que el tráfico de armas de procedencia estadunidense en poder de la delincuencia organizada les daba a los criminales “un considerable poder de fuego que deriva en asesinatos de policías y agentes de seguridad y procuración de justicia en nuestro país”.

En conclusión, el que Estados Unidos y México exhiban estos planes ya repetidos como los más recientes avances contra el crimen organizado, habla de la indiferencia del país del norte en el tema y su incongruencia al exigir a nuestro gobierno cuentas relacionadas con la violencia y el tráfico de drogas en la frontera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario