miércoles, 15 de septiembre de 2010
Amenazas bicentenarias
Un funcionario de la Secretaría de Marina confió hace unos días a un pequeño grupo de reporteros que sí hay amenazas de un posible atentado en las fiestas del Bicentenario de la Independencia en el Zócalo.
Ninguno de estos mensajes, dijo, se ha desestimado y hasta donde se puede se les ha dado seguimiento. El ambiente para el gobierno federal es incierto durante la jornada del día de hoy.
Más allá de la majestuosidad del espectáculo y de la gran afluencia que se espera en el centro del país, la excesiva vigilancia obedece a otros temores. El exagerado número de francotiradores en las azoteas de edificios clave en el Centro Histórico y, sobre todo, la contratación de especialistas antiterrorismo de Estados Unidos que estarán infiltrados hoy y mañana en el primer cuadro de la ciudad son muestras del miedo oficial.
Ambas acciones se suman a los datos que abiertamente se han dado a conocer: más de 120 filtros de acceso controlados para la zona del Zócalo y Reforma, tres cinturones de seguridad por parte de policías locales y federales -más de 9 mil en total-, la restricción de aún más objetos a este lugar que en otras celebraciones anteriores y la recomendación constante de que se siga al espectáculo por televisión, pues no podrán entrar más de un millón de personas al área, son algunos ejemplos.
La gente de la Marina concluyó advirtiendo a los periodistas que se cuidaran mucho y que si veían alguna situación extraña, se alejaran del lugar.
No hay detalles del tipo de amenazas pero éstas han sido recibidas también, a través de distintas formas, por parte de integrantes del Poder Judicial de la Federación desde hace varios días. ¿Será por eso que la Suprema Corte decidió suspender sus sesiones desdeel lunes pasado?
Hoy el Zócalo y Paseo de la Reforma empiezan a lucir ya como un verdadero búnker. Hasta la Policía Judicial del DF (o de Investigación) está centrada en los festejos bicentenarios; hay acuartelamientos y suspensión de descansos.
Por el bien del país, todos esperamos que la jornada sea tranquila y que los festejos resulten como se planearon desde hace meses. Mientras tanto, los mandatarios de casi todos los países invitados a la celebración decidieron no pisar suelo mexicano y enviar a representantes, y en todos lados se observará con lupa lo que ocurra en México y sus principales ciudades.
Faltan sólo unas horas para la fiesta. Tratemos, de cualquier forma, de disfrutarla donde creamos estar más seguros.
(Foto: Notimex)
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