domingo, 26 de septiembre de 2010

Un patriarca amenazado


El patriarca de los gitanos, Pablo Luvinoff Arroniz, llevaba por lo menos siete años bajo la amenaza de "Los Yalkovich" (también conocidos como "Julupesty"), de la misma congregación y a quienes se les atribuyen los tres intentos de asesinato previos y las agresiones a dos de los hijos del líder.

Este grupo, también perteneciente a la comunidad gitana, se pasó meses extorsionando a Luvinoff y a su círculo cercano. Más que el control por la dirigencia de los gitanos que maneja como principal hipótesis la procuraduría capitalina, al parecer esa serie de amagos cumplidos en el cuarto intento son la clave para investigar el homicidio.

En los años 40, los miembros de la familia Yalkovich fueron expulsados de México y se refugiaron en Honduras; con el paso de las décadas comenzaron a reaparecer en varias zonas de nuestro país como el Estado de México, el Distrito Federal, Nuevo León y Michoacán.

Posteriormente se fueron dando las amenazas a Luvinoff, establecido en territorio mexiquense, para despojarlo de sus riquezas y del control de la comunidad, pero también para cometer distintas fechorías como secuestros y robos a casa habitación en contra de los gitanos.

Quizá la agresión más dolorosa en contra del patriarca fue la ocurrida el 25 de noviembre de 2005, cuando sufrió lesiones de bala en el estómago pero su hija Nancy, de 13 años, perdió la vida a consecuencia de los balazos recibidos en la cabeza.

Luvinoff siempre denunció, en todos los casos reconoció a los agresores y las autoridades judiciales del Distrito Federal no lograron hacer las respectivas detenciones ni pudieron evitar que los ataques continuaran.

Se tiene información de que aunque varios de los malhechores fueron fichados por Interpol, solamente uno de ellos está preso en un penal de la Ciudad de México, lo cual no ha sido garantía para que cesen las intimidaciones.

El viernes pasado el patriarca murió en un hospital privado de Coyoacán, pese a contar con escoltas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, pese a las múltiples advertencias de Luvinoff respecto a que a nadie le interesaba indagar la persecución a los gitanos y pese a los violentos antecedentes que debe tener debidamente documentados la autoridad capitalina.

Lo que ahora sigue es ver qué ganarán "Los Yalkovich", qué obtuvieron con el crimen o, en el menor de los casos, se logre atrapar a los agresores y la escisión violenta de los gitanos vuelva a salir de México.

Foto: Uno de los últimos atentados que se frustró, en la colonia Nápoles de la Ciudad de México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario